54-0402 El Ciego Bartimeo
Allí, Jesús, encarando ese camino, un camino por el que Ud. y yo, en esta noche, todos nosotros somos culpables de enviarlo por ese camino. En Su mente, sabía que Él se dirigía al Calvario, por ese camino. Por ese camino Él sabía que se dirigía al Getsemaní. Él iba a la corte de Pilato. Él sería azotado, mofado y luego Sus grandes dones de Dios serían puestos en juicio. Le envolverían la cabeza con un trapo y Lo golpearían en la cabeza y—y dirían: “Pues, si sabes todo lo que hay en los corazones y las mentes de la gente, dime quién te golpeó”. Todas esas cosas Le esperaban. Una muerte estremecedora, amarga, allí, que tenía para enfrentar. También sabía, rondaba ahí en Su mente, que atarían Sus manos de un poste; lo despojarían de Su ropa, y latigazos ardientes que le llegarían hasta el hueso, esto le rondaba a Él. Y que Su Sangre bañaría Su costado y una cruel corona de espinas sería puesta sobre Su cabeza, y Él sería clavado a una cruz y colgaría allí, sangrando, balando, muriendo, siendo el Sacrificio más sangriento que haya sido ofrecido en el mundo.
Pan diario Isaías 53:5
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
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