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La Tempestad Que Se Aproxima William Marrion Branham

 La Tempestad Que Se Aproxima MP3 - William Marrion Branham

60-0229

Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
Entiendo por medio de la Biblia que llegará el tiempo cuando aquellos que no están morando en esta maravillosa Luz del sol, dice que las aves de los cielos se alimentarán con su carne; dice que las enfermedades vienen las cuales los médicos no podrán contrarrestar. Son las plagas de Dios. Los médicos egipcios, los cuales fueron mucho más sabios que los nuestros, ellos no pudieron parar las plagas de Dios; ni tampoco les sirvieron sus adivinos ni sus personificadores. SE REQUIRIÓ GOSÉN Y EL PODER DE DIOS PARA GUARDAR A SU PUEBLO BAJO LA SANGRE DE UN CORDERO. Hoy en día esa puerta es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el refugio hoy en día.

No hace mucho yo estaba en una cierta reunión y en esta noche me he estado fijando en este hermano negrito sentado aquí con su esposa. Desde que comencé a predicar lo he estado observando y he visto como menea la cabeza, y como se ha estado regocijando en la reunión y me hizo pensar de aquella otra reunión. En aquél entonces un joven entró a la reunión y tan pronto como hubo terminado el culto él corrió hacia mí y me dijo: "Reverendo, YO QUIERO ENCONTRAR AL SEÑOR JESUCRISTO EN ESTA MISMA NOCHE". Y yo estaba en medio de un culto de sanidad divina. Y le dije: "Seguro, mi hermano. Estaré muy feliz en poder guiarte a Él".

 Después que él hubo entregado su corazón al Señor, él dijo: "Me supongo que usted se estará preguntando por qué yo corrí así de esa manera. Yo supe que usted estaba aquí en la ciudad y vine a verlo. Mi historia es esta: Yo he sido un vagabundo. Pero mi madre fue una verdadera Cristiana; mis hermanas también son Cristianas y tengo un solo hermano que es Cristiano. Yo fui el menor de todos los hijos y para comenzar fui un niño muy consentido porque todos me trataron con tanto cariño y amor. Pero YO NO LE PUSE ATENCIÓN A MI MADRE, ni a ninguno de mis parientes tan piadosos. Yo quería ser un vagabundo, quería vivir la vida de un verdadero hombre. Yo siempre pensaba que el ser un Cristiano era más para las mujeres y para los débiles. Entonces yo llegué a ser un cocinero y llegué a ser muy experto en mi oficio. Y me entró un gran deseo de viajar hacia el norte. Entonces un cierto día llegué muy al norte y me encontré en un campamento de leñadores donde estaban cortando madera para pulpa para convertirla en papel. Yo no tenía ni un centavo. Le dije al capataz: "¿No necesitan un cocinero?"

Él le contó de todas las recomendaciones que traía de todos los lugares donde él había sido un tremendo cocinero. Y el capataz le dijo: "Por ahora tenemos una cocinera, sin embargo, para que puedas tener para viajar te podemos dar un poco de dinero. Tenemos una mujer anciana de color, la cual es una cocinera muy buena. Ve, habla con ella, quizás te pueda emplear como ayudante y si así es, entonces te podemos dar un poco de dinero hasta cuando ya puedas viajar".

Y el joven dijo que con eso estuvo satisfecho. Dice que fue a la cocina y se entrevistó con la anciana y la ayudó por unos dos o tres días. Luego una noche estaba acostado así seguido veía algo que brillaba sobre la pared. Luego pensó que quizás era alguien afuera con una linterna, pero al poco tiempo escuchó un rugido muy profundo y era un trueno lejano. Afuera escuchó las voces de unos que estaban hablando y decían: "Conviene que regresemos a los caballos para cuidarlos porque es muy posible que no estemos aquí mucho tiempo". Dice que se quitó la cobija de encima de la cabeza y puso el oído pegado a la pared y en eso hubo un tremendo relámpago y él pudo ver a su jefe y los leñadores. Él entendió por su conversación que una gran tormenta se estaba aproximando, atravesando las montañas, allá en las tierras del norte le llamamos  "un norteño". Es una tormenta que llega de repente, sin aviso. Uno no tiene tiempo para hacer nada. Las montañas son tan altas que esas tormentas cruzan y de repente allí están.

Entonces esas luces que él había visto eran los relámpagos. Y el jefe dijo: "Muchachos, es muy posible que dentro de poco tiempo no estemos vivos. Eso suena como un tornado muy terrible". Entonces el joven pensó: "Pues ojalá no pegue aquí, porque yo sé que no estoy listo para morir". En veces uno se queda esperando hasta cuando ya es demasiado tarde.

Entonces dice el joven que a los pocos momentos el viento comenzó a dar fuerte contra la cabaña y los árboles comenzaron a mecerse. Dice que había una lona extendida entre él y dónde dormía la ancianita. Ella estaba golpeando la lona y lo estaba llamando: "Hijo mío".

Él respondió: "Sí señora". Ella dijo: "¿Deseas venir acá del lado mío? Yo tengo una linterna alumbrando aquí".

Dice él: "Yo fui porque estaba espantado como para morir". Y ella allí tenía una linterna vieja puesta sobre un cajoncito y ella le dijo: "Quiero hacerte esta pregunta: ¿Estás tú listo para encontrarte con el Señor?". Dijo él: "Entonces me asusté aún más". Le respondió: "No señora, no estoy listo". Ella le dijo: "Querido, quiero decirte algo: conviene que te prepares ahora mismo porque posiblemente tengas que encontrarte con Él en unos instantes y ni estás preparado. ¿Puedes hincarte conmigo aquí mismo?"

Allí nos arrodillamos junto a ese cajoncito. Me dijo: "Reverendo, le digo la pura verdad. Yo tenía demasiado miedo para estar orando. Los árboles estaban pegando contra la cabaña y los relámpagos estaban brillando fuerte y ya no aguantaba los truenos. Yo estaba demasiado atemorizado para poder orar. Comenzaba yo a decir: 'Señor, ten misericordia...' Y de repente caía un relámpago. Luego, a ver... ¿dónde estaba? 'Señor, ten misericordia...' Y de repente otro relámpago". Dijo: "Pero allí aprendí algo importante. Es ancianita tan piadosa estaba tan tranquila y contenta como si nada  estuviera sucediendo. Ella habló con el Señor como si lo hubiera conocido desde pequeña, le hablaba como si fuera su padre o su madre. Ella no estaba nada de asustada. Pero yo estaba asustado como para morir. Al fin pude hablar estas palabras, dije: "Señor, si permites que yo viva yo buscaré un lugar donde no esté haciendo tanto ruido y allí me entregaré a Ti".

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