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Abraham Restaurado MP3 - William Marrion Branham

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61-0211

Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
Y ahora, nosotros sabemos que todo el tiempo hay tres clases de gente. Nos fijamos en eso hoy en día. Ha habido Luteranos, Metodistas, Pentecostales. Está el pecador (el impío), la virgen fatua, y la Virgen verdadera. Siempre hay. Ahora, nos damos cuenta que estaban los sodomitas, allí estaba Lot (la iglesia tibia), y ahí estaba Abraham que se había separado de ellos y que estaba viviendo aparte. Ahora, la mismísima palabra iglesia significa: “separación”. Israel era el pueblo de Dios hasta que ellos salieron al desierto, y al ser llamados a salir fuera fueron entonces la iglesia de Dios. Iglesia significa: “llamado a salir fuera, puestos aparte”. Y Abraham era la Iglesia Elegida. Lot era la virgen fatua o la iglesia formal. Y luego estaba el pecador, el sodomita.

Ahora, fíjense bien, el sodomita, y los formales allá, Lot en su condición formal... Ahora, él era un buen hombre, sin duda. La Biblia dice que “los pecados de la ciudad afligían su alma justa”. Pero allá estaba la Iglesia Elegida, llamada, predestinada por Dios, Abraham, llamado cuando él tenía setenta y cinco años de edad, se le dio una promesa, dejando que la prueba la asegurara. Esperen hasta que lleguemos un poquito más adelante aquí en donde El la aseguró completamente. Muy bien. Le dijo tocante al hijo que él iba a tener. Y Abraham no dudó de la promesa de Dios. No importaba cuántos dólares extra hubiera allá, y cuán rico él pudiera ser en Sodoma, y lo que él pudiera hacer, él se quedó con Dios, guardó la promesa. Esa es la Iglesia Elegida. Hay algunos de ellos en los Metodistas, algunos en los Bautistas, algunos en los Pentecostales. La Iglesia Elegida será llamada a salir fuera de todos los grupos. Correcto. Esa es la que oye la Voz.

Cuando Jesús vino, el Señor Jesucristo, ¿por qué no lo reconocieron? Ellos no lo reconocieron hasta que ya era muy tarde. Ellos nunca conocieron que Eliseo era el profeta de Dios. Bueno, ellos enviaron a sus hijos allá para molestarlo, le llamaron calvo, porque él perdió su cabello cuando era joven. Ellos no sabían nada. Ellos no creían que él era profeta. Seguro que ellos no lo creían. Nunca lo creen. ¿No dijo Jesús: “Uds. paredes blanqueadas, Uds.–Uds. pulen las tumbas de los profetas y Uds. son los que los pusieron allí”? Miren a Jeremías, a Isaías, a cualquiera de los profetas. Ellos no lo reconocieron hasta que todo había terminado. Y cuando Juan vino, ellos no sabían lo que... Jesús mismo dijo: “Ese fue el Elías del que se habló, y ellos hicieron con él todo lo que quisieron hacer”. Y aun los discípulos no sabían que era... que Juan era ese Elías. Y cuando vino Jesús, ellos no sabían que El era Jesús; ellos no reconocieron que El era el Cristo. Pero aquellos que fueron ordenados a Vida Eterna (“Mis ovejas oyen Mi Voz”), ellos lo reconocieron.

Sigamos adelante: San Patricio. Uds. gente Católica que lo llaman un Católico, yo quisiera que Uds. me lo pudieran probar por la historia. El no era Católico; él protestó al obispo de Roma. Eso es exactamente correcto. Su escuela está allá en el Norte de Irlanda. El no creía en eso de que un hombre controlara. El creía en que el Espíritu Santo controlara. Sí, señor. El también creía en el Bautismo del Espíritu Santo, y en hablar en lenguas, y–y en el poder del Espíritu. San Ag-... San... ¿Qué estaba tratando de decir yo? Colombo hizo la misma cosa. San Martín hizo la misma cosa; Ireneo, la misma cosa. Todos ellos creían en el poder de Dios, en sanidad Divina, y en el poder del Espíritu Santo, todos esos santos de las edades tempranas. Luego ellos tuvieron un montón de obispos que eran “almidonados” y que querían formar una organización, y ellos organizaron la iglesia, y conglomeraron junto el pecado y algunas supersticiones de la iglesia, y formaron su organización. De eso provino la madre organización. De eso provino cada una de las demás. Lean Apocalipsis 17 y vean si no es así: la madre ramera, y sus hijas eran prostitutas. ¿Qué es un ramera sino una prostituta? Es la misma cosa. ¿Cómo sucede eso? Cometiendo fornicaciones espirituales contra el Padre Verdadero, el Esposo Verdadero; tomando doctrinas hechas por el hombre y credos, tomando a la gente, haciéndola formal, metiéndola en una adoración formal. Nosotros adoramos a Dios en Espíritu y en Verdad, Dios busca a tales adoradores. Sí. Seguro que así es.

Ahora, nos damos cuenta que Abraham, que Abraham se quedó allá; él era elegido, una Iglesia llamada a salir fuera. Y recuerden: el Hombre que estaba en carne humana, el Hombre comió la carne de un becerro, bebió la leche de la vaca. El bebió pan y comió... mejor dicho, comió pan con mantequilla, bebió la leche de la vaca. Y Abraham lo llamó Dios. Miren, tomen... Miren las traducciones y síganlas, dense cuenta si eso es correcto: Elohim, Dios. Ahora, yo quiero que Uds. se fijen que eso estaba representando algo, algo que queremos estar seguros que Uds. lo vean. Ahora, fíjense. Entonces nos damos cuenta que cuando los dos Hombres fueron allá, los Predicadores fueron allá a predicar, los dos Angeles fueron allá a predicar a Sodoma. Ellos nunca hicieron esto, esta cosa, esta señal; Ellos fueron allá y mostraron la señal de ellos, de que habían llegado para sacarlos a ellos fuera. Pero no era la misma señal que recibió la Iglesia Elegida. La Iglesia Elegida recibió otra señal. Y ahora, fíjense lo que recibió la Iglesia allí, del que se quedó allá con la Iglesia Elegida. ¿Recuerdan Uds. cuando El estaba hablando? El dijo: “Abraham...” Lo llamó por su nuevo nombre que Dios le acababa de dar. “Abraham: ¿dónde está Sara (S-a-r-a, su nuevo nombre)?” Bueno, El era el que se los dio a ellos. Sí.

Alguien dijo (yo he hecho esta declaración en muchas ocasiones), me dijo: “Hermano Branham: no cree Ud. que ese hombre era Dios”. Yo dije: “La Biblia dice que era Dios”. ¿Ven? El lo era. El es el Creador. El puede hacer todo lo que El quiera. El sólo recogió algo de petróleo, y luz cósmica, y calcio, y potasio y [el Hermano Branham sopla–Ed.] sopló en eso, y entró en el cuerpo y fue allá. Eso es exactamente de la manera que El lo hizo. El creó Angeles allí de la misma manera. El puede hacer la misma cosa. ¿De dónde provenimos? ¿Quién hizo la tierra? ¿En dónde consiguió El la materia para hacer la tierra? Díganme adónde fue El y la consiguió. La mismísima tierra en la que estamos sentados es la Palabra de Dios hecha manifiesta. Este púlpito es la Palabra de Dios. Esta es la Palabra de Dios hecha manifiesta. Dios lo habló, y El es un Creador, y El la hizo de cosas que no estaban aquí con qué hacerla. El la creó. El tiene un propósito; El puede crear. El puede hacer lo que El quiera hacer; ¡El es Dios!

Abraham lo llamó Dios. Eso es lo que El era. Abraham debió saber, él habló con El; toda su vida había estado hablando con El. Me imagino que él debía saber quién era El. Seguro. Le dijo: “Yo–Yo voy a cumplir esta promesa que te hice”. ¿Quién era el que le habló a él allá en el pasado? “Yo, Yo soy El”, El dijo. Y fíjense: entonces cuando... El dijo: “Abraham: ¿dónde está Sara tu mujer?” Abraham; no Abram, sino Abraham. Y Dios en el capítulo anterior le acababa de dar ese nombre de Abraham. Ellos no tenían periódicos y televisiones y–y cosas en ese día. Abraham estaba allá solo, allá, él y su esposa y su–su gente, sus siervos. Y así que Dios le había aparecido a él y le cambió su nombre, y el Angel lo llamó Abraham. Dios cambió el nombre de Sarai a Sara, y la llamó Sara. “¿Dónde está Sara tu mujer?” ¿Cómo supo El que aun él estaba casado? ¿Cómo supo El, siendo un Extranjero, que su nombre era Abraham? ¿Cómo supo El que El cambió su nombre de Abram a Abraham? ¿Cómo supo El que El cambió Sara a Sara? Y, ¿cómo... o... de Sarai a Sara? ¿Cómo supo El estas cosas?

Y Abraham dijo: “Ella está en la tienda detrás de Ti, allá atrás”. El dijo: “Te voy a visitar, Abraham”. En otras palabras: “Yo te prometí que te iba a dar ese hijo, y tú has creído Mi Palabra; ahora Yo te voy a visitar de acuerdo al tiempo de la vida y tú vas a tener ese bebé”. Y miren, Sara, escuchando a escondidas allá atrás, ella dijo entre sí, ella dijo entre sí (ahora recuerden: dentro de su corazón): “¿Tendría yo deleite, siendo yo una mujer vieja de noventa años, una abuela, una tatarabuela, y mi esposo siendo viejo? Mi señor allá afuera, él está viejo, tiene cien años de edad, y yo tengo noventa años de edad, ¿y yo seré como una mujer joven otra vez?” Ella pensó: “Eso es chistoso”, y se rió. Y el Angel dijo: “¿Por qué se rió Sara?” Y no sólo eso, sino que El dijo, repitió las palabras a Abraham de lo que Sara pensó en su corazón. El dijo: “Dijo: ‘¿Cómo será?’” ¡Amén! Ahí lo tienen Uds. ¡Sentado con Su espalda vuelta hacia la tienda! Entonces Sara verdaderamente se asustó. Ella vio lo que ella había hecho. “¿Por qué se rió Sara diciendo en su corazón: ‘Cómo podré tener deleite con mi esposo otra vez?’” Pero Sus palabras fueron confirmadas; El era Dios.

Ahora, ¿qué era eso? Ahora, Jesús se refirió a esa misma cosa. Y El dijo: “Como fue en los días de Lot, así será en la Venida del Hijo del Hombre”. Ahora, fíjense. “¿Por qué no sales y vas a esos grandes centros importantes?” No fue enviado a esos centros importantes. A la Iglesia Elegida, allí es adónde fue enviado. Aquellos nunca lo van a creer. Yo lo supe, estando parado aquí la noche cuando yo estaba teniendo ese discernimiento la otra noche, y siento ahorita, que hay muchos aquí que no creen eso. No me digan que no; yo los puedo nombrar. Correcto. No me digan que no. Correcto. Correcto; yo sé sus enfermedades. Dios me puede decir aquí mismo sus enfermedades. Seguro que sí. Y yo lo siento. ¿Por qué están tratando de jugar el papel de un hipócrita al respecto? ¿Por qué no son lo que Uds. verdaderamente son? Una cosa tienen: Uds. tienen miedo. Y no los culpo. “Si dijere alguna palabra contra El, nunca será perdonado”. Pero yo quiero que Uds. sepan que las Escrituras “no es misticismo”, como algunos de Uds. predicadores piensan que es. No es telepatía. ¡Dios tenga misericordia del alma pecaminosa de Uds.! Uds. no necesitan un púlpito; Uds. necesitan un altar. Correcto. Enmiéndense con Dios. Recuerden: “Si dijere alguna palabra contra El, nunca será perdonado ni en este siglo ni en el venidero”. Ahora, Uds. dicen: “Yo no soy”. No me digan quiénes son Uds.; yo sé. ¿Ven? Sí, señor. Así que escuchen: yo sólo los estoy advirtiendo. Recuerden: Dios prometió que eso sucedería. ¡Amén!

Fíjense, El dijo... Fíjense bien, ¿qué era eso? Dios en carne humana. Y Dios mismo se iba a representar otra vez en forma humana justo antes de la Venida del Hijo del Hombre. ¿En cuál carne? ¡En la carne de Uds., en la carne mía! Dios descendiendo del Cielo, Dios anhelando compañerismo. ¡Cómo la gente...! Parece ser que hay tanta teología mental tocante a ello, que Uds. fallan en captar el discernimiento del Espíritu. Como un hombre me estaba tratando de decir el otro día tocante a que eran tres Dioses: el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. El Padre es una dispensación del Padre. No eran tres Dioses; son tres oficios del mismo Padre: el oficio del Padre, el oficio del Hijo, el oficio del Espíritu Santo, el mismo Dios en cada uno. Uds. no tienen que tener un Concilio de Nicea para eso. Es Dios, el mismo Dios siempre, ¡un solo Dios! El estaba en el oficio del Padre; esa es la razón que Mateo dice: “Bautízalos en el Nombre del Padre, Hijo, y Espíritu Santo”. No son tres Dioses; es un Dios en tres oficios: Padre, Hijo, y Espíritu Santo, tres atributos. Seguro que sí.


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