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58-1005M

Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
Ahora volvamos al pasado. Esta Voz de Dios ha llegado a hombres en cada clase de vida y en cada edad. No importa si Ud. es agricultor, zapatero, o lo que sea, Dios todavía habla. Si Ud. es pecador, ramera, borracho, miembro nominal de la iglesia local, o lo que sea, la Voz de Dios todavía está lista para hablarle.

Pensemos ahora en Moisés. El ya tenía 80 años de enseñanzas teológicas, y conocía las Escrituras muy bien. Tenía la promesa de que sería el libertador de su gente, pero por cuanto conocía las Escrituras bien y era un buen miembro formal de la iglesia moderna de su día, él tomó la situación en sus propias manos y mató a un egipcio. ¿Ve Ud. lo que hace uno cuando no escucha a Dios? Lo echa a perder todo. Y en esta misma mañana e diablo le dice a Ud.: "No vayas a ser bautizado." Otro dice "Hazlo en otra ocasión." Otro dice: "Fíjate bien en lo que estás; haciendo." Otro le dice: "Vas a perder muchos placeres." La única manera de aclarar todo eso es traerlo todo a la Palabra de Dios; pero en este día la gente no quiere hacer eso.

Ahora, Moisés había estudiado bajo los mejores de los rabinos, pero ellos llegaron a ser fríos y formales. El había escucha-do de su madre el relato de cómo había sido escondido en una arquilla entre el carrizal en el río, y cómo fue que los caimanes tan grandes no se podían acercar a la arquilla. Y estos caimanes estaban bien gordos por causa de tantos niños que se habían comido. En aquellos días tenían unas mujeres muy crueles, con narices largas, que servían de policías. Nunca habían parido un niño y no conocían el amor de madre; por consiguiente, ellas mataban a los niños y los echaban al río. Y los caimanes estaban bien gordos por haber comido tantos niños (Éxodo 1:22). Sin embargo, fue Dios quien puso sobre el corazón de aquella madre poner su hijo en la mera muerte. ¿No puede Ud. ver cómo él fue un tipo de Cristo? El entró a la muerte, pero cuando un caimán se acercaba a la arquilla, ¿sabe Ud. por qué no podían devorar-lo? Estaba un ángel allí guardándolo: "Vete de aquí." ¿Por qué? Dios manda a Sus ángeles que cuiden a Sus escogidos. El ángel le decía a Moisés: "No tengas miedo, Dios está cuidando de ti. El diablo puede tratar de dañarte, pero Dios es mucho más poderoso." Entonces los caimanes tenían que alejarse de esa arquilla.

Ahora, Moisés conocía todas estas cosas, y aún después de 40 años de entrenamiento en el desierto, él trató de tomar el mando de la situación. Nosotros sabemos lo que dice la Biblia, y lo que Dios nos manda que hagamos, pero sin embargo decimos: "Pues vamos a hacer esto de esta manera, etc. La verdad es que los días de los milagros han pasado; sabemos y creemos que ya no los veremos. El rociar es igual que sumergir; `Padre, Hijo, y Espíritu Santo' es igual que `en el Nombre del Señor Jesucristo'. Los demás ya van en esta dirección; así que nosotros también iremos."

Moisés había sido un militar, y él pensaba, según su entrena-miento como militar, que podía matar a los egipcios con sus propias manos y sería igual a lo que hizo Dios. ¿Ha pensado Ud. en esto? Todo el mundo condenó a Moisés por haber matado a un solo hombre, pero volvió después bajo la unción del Espíritu Santo y acabó con todos, y nadie dijo nada. Aniquiló al ejército de Faraón, pero Dios estaba en eso. Dios no estaba en el primer asunto.

Y luego aquí tenemos a Moisés, con la teología de la iglesia saliéndole por los oídos, estaba bien lleno. 1.1 iba a ser el próximo Faraón, y lo hallamos aquí todavía sin conocer a Dios. Pero cierto día allá detrás del desierto, un hombre de 80 anos, con La barba blanca y larga, vio una zarza que ardía con fuego y se apartó del camino para ver lo que sucedía. Y cuando llegó cerca de la zarza, ¡ él oyó una voz! Dios tuvo que tomar 40 años para aquietarlo antes de poder hablar con él. Nosotros, con todo el alboroto y conmoción que tenemos hoy día, no podemos estar quietos ni por diez minutos para que Dios nos hable. Sin embargo, Moisés estando allí en la presencia de aquella zarza y la Voz que le (llamó, aprendió más acerca de Dios en cinco minutos que lo que (había aprendido en todos los 80 anos de enseñanza. Eso lo volvió en un hombre diferente. Y hará de Ud. un hombre nuevo si únicamente se puede silenciar suficiente tiempo para escuchar Su Voz, como hizo Samuel. Quédese quieto. No se perturbe. Si Ud. desea algo de Dios, pídaselo y luego manténgase quieto para ver qué dice El. Abra su corazón, y diga: "Señor Jesús, cuál es Tu voluntad en esta situación?" Y quédese allí. Si no contesta en las primeras cinco horas, entonces espere otras cinco. Si no contesta hoy, entonces contestará mañana. Si no contesta esta semana, entonces lo hará la semana entrante. ¡Quédese allí hasta que El conteste!

Escuche Su Voz cuando EI dé la respuesta y diga a su corazón: "Sí, yo soy el Señor que te sana." Entonces todo queda concluido. "Yo soy el Señor que perdona todos tus pecados. Ve y no peques más, yo no te condeno." Entonces podemos salir libres, todo está arreglado; pero uno quiere tener la seguridad de que escucha aquella Voz cuando habla. Moisés la oyó y fue un hombre cambiado.

Escuche también el Mensaje Hombre llamado por Dios

Dios en Nosotros

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