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Jehovah Jireh No.3 William Marrion Branham

Jehovah Jireh No.3 MP3 - William Marrion Branham

60-0803

Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
Y la Luz, el mundo científico ha tomado una fotografía de eso. Si yo muero esta noche, mi testimonio es la verdad. La iglesia lo sabe alrededor del mundo. El mundo científico lo sabe, por medio de la investigación, cuando ellos tomaron una fotografía de Ella, en una fotografía, y la pusieron en... con George J. Lacy, el jefe del F.B.I., de huellas digitales y documentos, y de fotografías y cosas. Y él la mantuvo allí como por una semana, y dijo: “Yo juro en una declaración que no es sicología; la Luz tocó el lente. La Luz estaba allí”. Y dijo. “Ese ojo mecánico de la cámara no capta sicología”. Dijo: “La Luz estaba allí”. Periódico tras periódico la han fotografiado. La han fotografiado varias veces en Alemania, en Suiza, y en otros lugares en donde ellos la han fotografiado, probando científicamente, en ese país, que era algo sobrenatural, como una Columna de Fuego descendiendo. El lo hace. Uds. ven la reacción de Ello aquí en la iglesia. Eso es igual que lo que hizo cuando El estuvo en la tierra en la carne del Hijo de Dios. Ahora está en la tierra en la carne de los hijos adoptados de Dios, reuniendo a la Iglesia para que el Hijo de Dios venga a llevarse a una Novia. Amén. Eso es exactamente correcto.

Y ahora, acostado allí, yo lo oí decir: “Sigue esforzándote a seguir adelante. La recompensa está al fin”. Y yo–yo sentí que algo me sucedió. Y oí esa alabanza siendo cantada, que cantamos en nuestra iglesia: Me gustaría oír repicar las dulces campanas de la bahía; Eso iluminaría mi fe, y desvanecería todos mis temores; Señor, permíteme mirar más allá de la cortina del tiempo. Uds. la han oído, muchos de Uds., esa gloriosa alabanza antigua. Y mientras la oía, yo pensé que algo estaba... Yo pensé que me estaba muriendo, y miré hacia atrás, y allí estaba yo acostado en la cama. Y me volteé de esta manera, y era como una–una colina que bajaba, enfrente de mí, en donde sea que esté. Recuerden, con mi Biblia sobre mi corazón, yo digo la verdad. ¿Qué bien me haría decir eso si no fuera verdad? ¿Qué bien haría mi predicación? Todo mi sacrificio y sufrimiento, ¿qué bien haría, si yo soy un mentiroso? ¿Ven? No haría nada de bien. Yo no tengo que decir esto. Pero lo estoy diciendo para que los pueda ayudar a Uds., porque es la verdad.

En donde sea que esté ese Lugar, si está en otra dimensión, no les pudiera decir a Uds., pero yo estaba en alguna parte en la que yo podía mirar hacia atrás. Y todos siempre me acusan de ser uno que odia a las mujeres. Yo–yo no odio a las mujeres. No, señor, yo no las odio. Yo–yo amo a mis hermanas, pero no me gusta la manera que algunas de estas mujeres modernas americanas se visten, y actúan, y fuman, y beben, y se comportan. Es una desgracia para la nación. La quinta columna más notable que alguna vez hemos tenido, es la manera que estas mujeres modernas lo hacen y cosas, que ellas ni siquiera pueden criar a sus bebés por medio del pecho, ellas les tienen que dar leche de vaca, porque el bebé moriría a los dieciocho meses debido al veneno de la nicotina. Sí, señor. ¡Uds. hablan de la quinta columna! Eso es. Eso es lo que rompe el espinazo de toda nación: la feminidad; siempre ha sido eso. A mí me agradan las mujeres verdaderas, las madres verdaderas. Dios danos más madres verdaderas, chapadas a la antigua, que... No tendríamos tanta delincuencia juvenil si tuviéramos una madre que se quedara en casa y cuidara de sus niños, en lugar de estar allá en alguna parte en una fiesta de cóctel, y esas niñeras tratando de cuidar de ellos en algún lugar. Correcto. Eso es lo que envenena la mente de los niños. La... América está podrida con eso hasta el hueso, empeorándose todo el tiempo, y continuará empeorándose. No hay nada... Yo protesto contra eso, pero continua porque la Escritura así lo dice. Morirá en su juventud, esta nación. Ahora, ¿recuerdan cuándo aparece en Apocalipsis 13? Siempre es joven. Ese es el pequeño... el cordero que apareció. 34 Miren, así que yo era un poco duro tocante a las mujeres, y quizás esto pasó para detenerme un poco. Y sucedió que miré que venían hacia mí, y parecía que había como un millón de mujeres. Ellas eran jóvenes, parecían tener como unos veinte años de edad, y cada una de ellas tenía... ahora, perdónenme, hermanas por esta declaración. Pero cada una de ellas era muy joven, y ellas tenían cabello largo hasta su cintura, usando vestidos blancos, y estaban descalzas. Y ellas corrían hacia mí, y me abrazaban, y gritaban: “¡Mi precioso hermano!” Bueno, miren, yo espero que haya encontrado gracia ante sus ojos, que Uds. me entenderán. Uds. escuchen a su doctor. Yo soy su hermano. A mí no me importa... Cuando yo era un–cuando yo era un pecador, yo viví verdadero en esa manera, porque un Angel que me encontró dijo: “Nunca fumes, bebas, ni contamines tu cuerpo en ninguna manera”. Eso era vivir inmoralmente. Dios en el Cielo sabe que yo viví eso. Pero no hay un hombre, que sea–que sea un hombre cabal y saludable, que una mujer lo abrace (yo no quiero decir que el hombre estaría mal o pensaría mal), que no haya una sensación humana. Pero en ese Lugar, no había. Ella verdaderamente era una hermana. Y ellas... Yo–yo miré, y dije... Yo no puedo explicar lo que era. No había ayer, ni mañana; ¡era ahora! Ellas no se cansaban, sin embargo podían estrechar manos. Ellas podían hablar; ellas tenían un cuerpo; y eran igual que lo fueron aquí, únicamente que eran jóvenes”. Y yo dije: “Yo no entiendo esto”.

Y esa Voz que estaba por arriba de mí, dijo: “Esto es como... algo como Jacob, cuando él se había reunido con su pueblo”. En ese momento, miré, y los hombres venían, oh, por grupos, como millones de ellos. Y ellos venían corriendo, me abrazaban, y gritaban: “¡Mi precioso hermano!” Y mi... Uds. saben que yo estaba casado antes, y mi esposa murió cuando... Esa es la mamá de Billy. Y esa es la razón que Billy y yo nos mantenemos juntos. Yo... Ella murió cuando él tenía dieciocho meses de edad, y su hermanita tenía ocho meses de edad; ella murió con la madre. Y yo he sido papá y mamá, ambas cosas, para Billy. Y yo vi a Hope venir, abriéndose paso entre la multitud. Y yo pensé: “De seguro que ella me llamará su esposo”. Y cuando ella se acercó a mí, ella... la podía ver. ¡Bienaventurado su corazón! Los ojos negros, una muchacha alemana, Uds. saben, y cabello negro; ella me abrazó, y ella me dijo: “Mi querido hermano”. Yo pensé: “Yo no entiendo esto”. Y había otra mujer que acababa... una muchacha allí, que me abrazó y dijo: “Mi precioso hermano”. Y ella abrazó a esa mujer, y dijo: “Piénsalo: él por fin ha llegado aquí con nosotros”. Esos hombres me levantaron y me sentaron sobre un lugarcito como este; ellos dijeron... Yo dije: “¿Por qué hacen esto?” El dijo: “En la tierra tú eras un líder”. Y dijo.... Yo dije: “Yo no lo entiendo”. Y justo en ese momento esa Voz habló otra vez y dijo: “Esto será cuando tú te reúnas con tu pueblo”. Yo dije: “¿Cuándo muera, quieres decir que esto es lo que yo seré?” “Sí”. Yo dije: “¡Oh!, ¿por qué yo temía esto? ¡Esto es maravilloso!” ¡Oh, hermanos! Sólo “perfección”, pero eso no lo describiría. “Sublime”, eso no lo describiría. No hay palabra en el idioma inglés que lo describiría. Dios sabe que yo estoy diciendo esto de mi corazón; ¡sucedió!

Y yo volteaba de vez en cuando y miraba hacia atrás, y allí estaba yo acostado en la cama. No estaba muy lejos. Ahora, yo he oído desde que lo he contado, que hay un hombre llamado Doctor Price que tuvo una experiencia similar a esa, y que está en un libro. Y si alguien tiene ese libro, de seguro me gustaría leerlo, porque yo quiero saber algo al respecto. Así que entonces... El era un hombre que oraba por los enfermos, hace años, antes de mi época. Y luego yo–yo miré otra vez, y entonces El dijo: “Esto será cuando tú te hayas reunido con tu pueblo”. Yo dije: “¿Todos estos son Branham?” El dijo: “No. Ellos son tus convertidos”. Yo dije: “¿Convertidos?” Dijo: “¿Ves a esa mujer que tú acabas de estar admirando, que te abrazó, y dijo: ‘Hermano querido’?” Yo dije: “Sí”. Dijo: “Ella había pasado los noventa años de edad cuando tú la guiaste a Cristo”. Dijo: “Con razón ella estaba gritando: ‘¡Mi querido hermano!’” Dijo: “Ella nunca más será anciana. Ella nunca estará triste. Ella estará de esa manera Eternamente”. Yo pensé: “¡Oh, si yo únicamente lo pudiera vivir otra vez!; yo lloraría, yo oraría, yo persuadiría, yo haría–yo haría todo, si yo tuviera que empujar, para meter a todos en ese Lugar. ¡Oh, hermanos, si la gente únicamente pudiera entender lo que es!”

Y así seguí de esa manera por unos cuantos momentos, y justo en ese momento... Alguien, cuando yo conté esto hace unas cuantas semanas, alguien como que hizo un comentario trivial de ello. Yo miré. Y yo tenía un perro; él me pagó la escuela, me ayudó a alimentar a la familia. Yo cacé toda mi vida; este perro cazaba zarigüeyas, mapaches, zorrillos, y todo por mí. Y los cazaba y luego yo–yo vendía esas pieles, y compraba ropa para la escuela, y ayudaba a alimentar a la familia de diez niños. Y así que, un policía lo envenenó, cuando nos mudamos al centro. ¡Oh!, cuando yo golpeteé su tumba, yo dije: “Fritz, si hay Cielo para perros, tú estarás allí”. Y yo recuerdo mi caballito, Prince, cómo lo solía cabalgar cuando iba a cazar, poniendo mis trampas y cosas. Y ya se había muerto. Y cuando miré, bajando la colina, ahí venía Fritz. Yo podía ver esa lengua de fuera. El se acercó y me lamió la mano, de esa manera. Ahí venía Prince, relinchando, y puso su....

Alguien dijo: “No hay animales en el Cielo”. Ahora, eso es todo lo que Ud. sabe tocante a la Biblia. ¿Dónde están esos caballos que descendieron y levantaron a Elías? ¿Dónde está ese caballo que el Hijo de Dios viene cabalgando, el corcel blanco, con Su ropa teñida en Sangre? ¿Cuándo van a comer juntos el lobo y el cordero, y van a comer paja juntos el buey y el león? ¿En dónde va a ser eso (¿ven?), si no están Allá? Seguro que ellos están Allá. Dios no pierde nada. De seguro que ellos estarán Allá. Y luego, sucedió... Yo lo vi, y él me lamió la mano. Y dije: “Si yo he muerto, si este es el paraíso, en donde estoy esperando, la Gloria, yo quiero ver al Señor Jesús”. Y esa Voz dijo: “Pero tú no lo puedes ver ahora a El. El está más alto. Algún día El regresará”. Y entonces a esos ministros y personas parados todos alrededor, yo entonces los empecé a reconocer, después que me di cuenta que eran mis convertidos, que eran personas que yo había conocido en la vida. Ellos estaban jóvenes; yo no los reconocí en ese momento. ¿Ven Uds.?, habían sido cambiados a hombres y mujeres jóvenes. “Oh”, yo dije: “Allí están el hermano y la hermana...” Yo–yo estaba tan contento. Yo–yo nunca había estado tan contento en mi vida. Y yo dije: “¡Si tan sólo hubiera sabido esto de antemano!” Y yo–yo miré alrededor, y dije: “¿Me quiere Ud. decir que El vendrá a mí?” Dijo: “El vendrá a ti, y te cuestionará sobre el Evangelio que tú predicaste, porque tú naciste un líder”. Y entonces... y yo dije: “Bueno, ¿se tendrá Pablo que parar igualmente para ser juzgado?” “Seguro”. Yo dije: “Entonces si Pablo lo logra, yo también lo lograré, porque prediqué la misma cosa que él predicó, sin comprometer una sola palabra”. Y toda esa gente exclamó: “¡Estamos descansando seguros en eso!” Dijo: “Luego regresaremos a la tierra y recibiremos un cuerpo glorificado, y viviremos juntos por toda la Eternidad en esta condición”.

¿Ven?, todo en la Biblia es una trinidad. Uds. saben eso. Yo dije, el otro día: “Uds. son una trinidad: alma, cuerpo, y espíritu”. Uds. viven en una trinidad: la cocina, la sala, y la recámara. Uds. pudieran tener ocho o diez cuartos diferentes, pero... recámaras y cuartos extras, pero Uds. únicamente viven en tres cuartos. Dios: Padre, Hijo, y el Espíritu Santo en una trinidad. Y nos damos cuenta que la Venida de Cristo es en una trinidad. El vino primero para redimir a Su Novia, luego viene a recibir a Su Novia, luego viene con Su Novia, como Rey y Reina, para reinar durante el Milenio. Uds. saben eso. Todo es en una trinidad. Y nosotros somos en una trinidad: tenemos un cuerpo mortal, un cuerpo glorificado, o mejor dicho, quiero decir, un cuerpo celestial, y luego un cuerpo glorificado. Son tres estados que nos regresan otra vez a nuestra perfección, como en el Edén.

Y entonces, yo dije: “Bueno, yo estoy seguro de eso”. Y en ese momento, una Voz dijo: “Todo lo que tú amaste, y todo lo que te amó, Dios te lo ha dado”. Y sentí que algo me sucedió. Yo dije: “Seguramente que yo no tengo que regresar”. Y lo sentí un poquito más cerca, y volteé y miré para atrás hacia mi cuerpo, y me vi a mí mismo moverme en la cama. En unos cuantos minutos, yo estaba de regreso. Hermano, hermana, eso me hizo algo. Yo comprendo ahora, que si esta habitación terrestre se deshiciere, ya tenemos una esperando, un–un cuerpo esperando. Y eso... yo pienso ahora, para relacionarlo con lo que Abraham y Sara habían recibido, ese tipo de cuerpo. (Sólo haré uno o dos comentarios, y luego llegaré al clímax de mi mensaje. Luego empezaremos la fila de oración).

Dios había mostrado en Sara y Abraham aquí, exactamente lo que El iba a hacer con toda la simiente de Abraham y Sara. A toda la simiente de Abraham le va a hacer eso. Y aquí en la tierra, El los regresó a ser un hombre joven y a una mujer joven. Y yo conté esa historia lo más exacto posible que sé cómo sucedió. Y yo... Eso estaba... Yo no... No sé... Llamémosle una visión. Porque si yo dijera que fue una pequeña translación allá... Si fue una visión, yo nunca tuve algo así. Ahora, yo no estoy tratando de imitar al gran San Pablo, porque yo no... Yo he visto mucho de eso durante mi vida: comparaciones carnales. Pero digamos que fue una pequeña translación. Yo fui al primer Cielo; y si ellos... es de esa manera en el primer Cielo, ¿qué vería Pablo cuando él fue al tercero? ¡Hermano! Con razón él dijo: “Ojos no vio, ni oído oyó”. Si es tan glorioso así en este Cielo aquí, cuando Uds. vayan al tercer Cielo, ¿qué habrá visto ese hermano?

Ahora, miren, inmediatamente después de eso, después de haber regresado, Dios los renovó. El los hizo un hombre y una mujer joven. El los empezó de nuevo. Ambos eran fértiles en ese momento. Luego ellos dieron a luz al niñito, el cual fue llamado Isaac. Abraham lo circuncidó al octavo día, y tuvo una fiesta cuando ellos lo destetaron y demás. Y luego, nos damos cuenta que él creció a la edad de como, veamos, de como unos doce años de edad. Era un muchachito judío hermoso, con cabello ondulado y negro, y ojitos negros. Y cómo ese padre y madre debieron haber apreciado a ese muchachito. Y una noche el Señor despertó a Abraham y El dijo: “¡Abraham!” Ahora, permitan que me detenga aquí. El llamó a Abraham, pero yo quiero decir esto. Esto no es Escritura, pero seguramente que armonizará con las Escrituras. “Abraham, Yo le quiero mostrar a tu simiente de aquí en adelante, lo que un hombre hará cuando él realmente confía en Mí. Yo sé que te prometí este niño hace veinticinco años, y tú nunca dudaste con incredulidad a Mi promesa, sino que la creíste. Ahora, yo quiero que la gente sepa allá en Yakima, y en los diferentes lugares en donde este Evangelio será predicado, para que sepan que Yo cumplo Mi Palabra. Yo te voy a dar una prueba doble para–para mostrar que la gente que acepta Mi Palabra, no importa lo que “venga” o “vaya”, ellos se deben aferrar a Mi Palabra. Ahora, Yo te dí este hijo; ahora Yo quiero que lleves ese hijo allá arriba a una cierta montaña que Yo te diré. Yo voy a hacer de ti, de tu simiente aquí, una nación poderosa que salga de este muchacho; y Yo también voy a hacer que todas las naciones de la tierra... tú vas a ser el padre de muchas naciones. Y ahora, Yo quiero que lleves la única esperanza que tú tienes de que Yo voy a cumplir Mi Promesa de que tú vas a ser un padre de naciones, Yo quiero que tú lo lleves arriba de la montaña y lo mates. Destruye todo lo que te da la evidencia de que tú la vas a recibir”. ¡Oh, yo espero que Uds. capten eso!

Escuche también el Mensaje Jehovah Jireh No.2

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