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A Quien Iremos MP3 - William Marrion Branham

60-0604

Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
Hay únicamente una verdadera Luz Cristiana, y esa es la Luz del Hijo de Dios. El es la única Luz verdadera. Sí. En El hay Vida, que... tan seguro como la luz del sol produce vida.

Toda la vida botánica brota con la luz del sol. El año pasado, ¡cómo heló en el invierno y todo! Pero tan pronto como el sol empezó a bañar con sus rayos la tierra, ¿qué sucedió? Nueva vida brotó. Nueva....

Yo estaba hablando con un hombre, el Sr. Woods que está allá atrás. Estábamos allá en Kentucky. Yo conocí a un hombre que se suponía que él era un incrédulo. Oí que acaba de morir. Y él... el Sr. Woods fue allá, y le preguntó si podíamos cazar ardillas en su propiedad. El dijo: “Seguro que tú puedes cazar ardilla, Banks. Ve, hazlo”. El dijo: “Yo traje a mi pastor conmigo”.

El dijo: “¿No me digas que has llegado tan bajo, Woods, al grado que tienes que traer contigo a un predicador todo el tiempo?” Y él dijo....

Me salí de la camioneta y me encaminé hacia allá. Y allí había un manzano, debajo del cual, él y otro caballero anciano estaban sentados. Y así que yo recogí una manzana y me la empecé a comer. Y él me estaba hablando. Y yo pres-... El Hermano Woods me presentó a él, como... Dijo: “Le presento a nuestro pastor”.

Y yo dije: “¿Cómo está Ud., señor?” Y platicamos un poquito, y él empezó a hablar tocante a, bueno, a que él nunca había ido a la iglesia, y no creía que él había perdido algo”. Yo dije: “Oh, sí, sí ha perdido Ud. algo”. Yo lo dejé que hablara un ratito.

Y después de un rato, él dijo: “¿Sabes qué?, hubo un predicador que vino aquí a Campbellsville (o a Acton, mejor dicho, una pequeña ciudad), allá en los campamentos Metodistas”. Y dijo: “Ese predicador nunca antes estuvo en esta región. Y una noche mientras él estaba allá predicando, en una reunión de tres noches, él miró abajo hacia la audiencia, y vio a una mujer sentada allá, y le dijo a ella que ella estaba orando por su hermana que vivía aquí en la colina, muriéndose de un cáncer. Dijo: ‘Ud. tiene un pañuelo en su portamoneda’. Y dijo: ‘Tome ese pañuelo y póngalo sobre la mujer, y ella será sanada’”.

Dijo: “Esa mañana, mi esposa y yo estábamos allá”. Y dijo: “Volteábamos a esa mujer con una sábana debajo de ella. Ella no se había levantado de su cama por dos años, o más. Cáncer del estómago. Ella ni siquiera podía mantener agua en su estómago”.

Y dijo: “La hermana se levantó de la reunión, y se fue esa noche, y vino aquí y puso el pañuelo sobre la mujer”. Y dijo: “A la mañana siguiente, ella estaba cocinando huevos y tocino, haciendo desayuno, y comiendo”.

Y dijo: “Ella ha estado allá arriba. De esto hace tres o cuatro años, y”, dijo, “ella todavía está saludable”.

El dijo: “Mira, si él alguna vez viene a esta región otra vez, yo voy a ir a oírlo”. Dijo: “Porque él produjo Algo que lo hizo mirar un poquito más que sólo un montón de palabras para leer. El introdujo Algo que estaba vivo, viviendo. ¿Cómo supo él que ella vivía allá en la colina?”

Yo miré al Hermano Woods y meneé mi cabeza. Y yo estaba allí parado, todo lleno de lodo, y sangre de ardilla, y todo, por haber estado cazando. El no tenía ni una idea que fui yo el que había predicado allá. Así que él–él se paró allí un ratito, o se quedó sentado allí, mejor dicho.

Y yo dije: “Señor: ¿quiere Ud. decir, que si pudiera Ud. ver algo que se pareciera a Dios, que si Dios hiciera algo sobrenatural...?”

“Oh, sí”, él dijo: “Eso me haría creer”. Yo dije: “Sí, señor”. Yo dije: “¿Cuántos años tiene este manzano?”

El dijo: “Treinta y algo de años. Yo lo planté ahí, tal y tal año”. Yo dije: “Cada año que viene, ¿produce manzanas?” “Sí”.

Yo dije: “Estamos casi a mediados de agosto. No hemos tenido una sola helada ni una ola de frío”. Yo dije: “No hemos tenido nada de invierno en lo absoluto, sino un verano caliente. Y dígame, por qué, cómo es que esas hojas se están cayendo de ese árbol”. El dijo: “La savia se ha regresado de nuevo a las raíces”.

Yo dije: “Si ella no se regresara, entonces ese árbol moriría en el tiempo de invierno”.

“Correcto. Si la savia se quedara en el árbol, lo matara. Ella tiene que bajarse para meterse dentro de las raíces, y esconderse”.

Yo dije: “Ud. dígame qué hace a esa savia aquí a mediados de verano, qué Inteligencia la envía hacia abajo para meterse dentro de las raíces, para vivir durante todo el invierno, para regresar en la siguiente primavera, para traerle a Ud. otra cosecha de manzanas, y yo le diré a Ud. que es el mismo Espíritu que me dijo que le dijera a esa mujer que fuera y pusiera ese pañuelo sobre ella. Es el mismo Dios”. El dijo: “¡Tú no eres ese predicador!”

Yo dije: “Sí, señor, yo soy”. Yo dije: “¿Ve Ud.?, Ud. busca Algo allá en una reunión, pero Dios está a su alrededor, en todas partes. No puede privarse de verlo. Observe la naturaleza”.

Ahora, algunas personas pudieran rehusar caminar en la luz del sol. ¿Qué si hubiera tal persona que dijera: “Oh, el sol no está brillando, no, señor, yo no lo creo”? Y se metiera en su sótano, dijera: “Yo únicamente saldré cuando se oscurezca. Cuando yo salga...” El rehúsa la ayuda del sol. Bueno, si él lo hace, eso es–eso es sólo su propia torpeza. Eso es todo. El sol está brillando. Alguien viene a la ventana y grita: “¡Sal, Juan; el sol está brillando!”

“Yo rehúso creer tal tontería. Eso es fanatismo”. Bueno, él ciertamente se está perdiendo lo cálido del sol. El ciertamente se está perdiendo los rayos dadores de vida que él da. El ciertamente se está perdiendo la belleza que él muestra, y la vida que él produce.

De esa manera es un hombre o una mujer que está tratando de ir al Cielo a través de un credo, tratando de ir al Cielo a través de una iglesia, sin Jesús. Uds. no pueden hacerlo. El es el Camino, la Verdad, y la Luz.

Tan seguro como el s-o-l [s-u-n, en inglés–Trad.] produce toda vida vegetal, el H-i-j-o [ S-o-n, en inglés–Trad.] produce Vida Eterna. Y El solo tiene Vida Eterna. Ese es el por qué nosotros deberíamos venir a El. Se nos pasará por alto a través de una iglesia. Se nos pasará por alto a través de un credo. Nosotros únicamente podemos venir a El y encontrar Vida Eterna. El solo. Pedro dijo: “Tú eres el Unico que la tiene. Esa es la razón por la cual estamos aquí. Venimos a Ti, para recibirla”.

Ahora, Uds. observen la lu-... cuando esa luz del sol empieza a brillar, bueno, no habrá, no hay una semilla en la tierra que no vivirá. Ella no puede evitarlo.

Escuche también el Mensaje La Posición en Cristo

Dios en Nosotros

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