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Estrecha Es La Puerta William Marrion Branham

Estrecha Es La Puerta PDF - William Marrion Branham

59-0301M

Cita del Mensaje de William Marrion Branham:
Oh, iglesia, en esta mañana tenemos el derecho de saber los secretos de la Venida del Señor. “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que tienen hambre y sed porque ellos serán saciados. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”. Entonces, si la iglesia del Dios viviente ha de heredar la tierra, no hay secretos ocultos para ella.

“Todo lo que el Padre me ha dicho, Yo se los he dicho”, dijo Jesús. Y ellos no le podían creer.

Entonces en los días de Abraham, mientras El se refería a ellos, El dijo que como Abraham hablaba con el Angel, y Su espalda estaba volteada hacia la tienda, y le dijo a Abraham que lo iba a visitar con un hijo. Y Sara se rió en la tienda.
Y El dijo: “¿Por qué se rió Sara?” ¿Qué estaba mostrando? “¿Por qué se rió Sara?” Sólo fue unas cuantas horas antes de la destrucción, cuando eso aconteció. Un poco antes de la destrucción, aquel fuego vino de los cielos y quemó la ciudad, y esa señal fue hecha.

Y Jesús dijo: “Vosotros erráis”, a los grandes doctores de divinidad, a una nación religiosa donde literalmente millones eran creyentes. El dijo: “Vosotros erráis, no conociendo la Escritura ni el Poder de Dios”. A una generación así, que eran hombres bien entrenados, que eran eruditos y eran criados en la iglesia. Cuando un niño nacía, era propiedad de la iglesia. Uno tenía que ser un Israelita. Ocho días después del nacimiento, se efectuaba la circuncisión y uno era un Israelita para comenzar. Y el sacerdocio vino por los Levitas, los cuales fueron entrenados en las Escrituras a través de cientos de años. Sin embargo, Jesús dijo: “¡Vosotros erráis, no conociendo las Escrituras!” Ellos las conocían en su propio libro de aprendizaje, ellos las conocían por sus catecismos, ellos las conocían por su propia teología. Pero Jesús dijo: “Vosotros no conocéis las Escrituras, ni tampoco conocéis el Poder de Dios. Si hubierais conocido a Abraham, me conoceríais a Mí. Si fueran hijos de Abraham, me conoceríais a Mí, porque Abraham se regocijó cuando vio Mi día, porque él vio el día de antemano. Cuando Yo me paré delante de él, en un cuerpo de carne, e hice esto, él supo que era Yo, y él me llamó ‘Elohim’. Pero he aquí Yo hago la misma cosa ante vosotros y me llamáis ‘Beelzebú’”.
“Oh”, dijeron ellos, “nosotros tenemos a Abraham por padre”.
“¿Llaman a Abraham su ‘padre’?”

El dijo: “Pues, nosotros--nosotros pertenecemos a la iglesia, nosotros somos una nación religiosa. Nosotros somos un gran pueblo. ¡Nosotros somos el pueblo de Dios!”
Jesús dijo: “Vosotros sois del Diablo, él es vuestro padre”.

Pero yo estoy comparando esa generación a ésta. Hoy, cuando literalmente hay millones de personas que profesan Cristianismo, y no saben nada más acerca de Dios que lo que un Hotentote sabría acerca de un caballero Egipcio. Hay hombres y mujeres hoy, literalmente millones de Cristianos profesantes que reclaman a Cristo, no saben ni el primer principio del Poder de Su resurrección, y nunca han probado de Su bondad. Ellos nunca han sentido Su Poder. Sus ojos están cegados a la Verdad.

Dijo: “Uds. están ciegos, y guían a los ciegos. ¿No es cierto, que si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo?”

Entonces ellos pensaron: “Nosotros somos Cristianos. Nosotros somos creyentes. Nosotros pertenecemos a las iglesias más grandes que hay. Nuestros rabinos son los escolares mejor entrenados que hay”. Y aun así Jesús les dijo que ellos ni siquiera conocían las Escrituras.

¿Ven cómo Dios lo ha escondido de los ojos de los sabios y prudentes, y se lo ha revelado a los niños que quieran aprender? ¡Oh, el gran poder y la infinidad de Dios! ¡Qué bueno es El con aquellos que desean caminar rectamente delante de El! El no les negará ninguna cosa buena.

¡Y ver el día en que nuestra nación, nuestro mundo, está corrompido con la misma cosa!

Jesús quería enderezarlos correctamente. Ellos dijeron: “Oh, Abraham es nuestro padre. Y nosotros estaremos en Gloria, no se preocupe Ud. por eso, porque nosotros creemos en Dios. Nosotros somos profesores, y nosotros creemos en Dios, y nosotros enseñamos a nuestro pueblo. ¿Y quién eres Tú para que vengas aquí con una--una pequeña señal misteriosa y trates de llamarla Dios? Tú no eres nada menos que un Beelzebú”. Allí lo tienen, ellos tenían sus credos y sus denominaciones.
Jesús les dijo: “Uds. son del Diablo”. ¡Piénselo!

Dios en Nosotros

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